• Agua

• Pan de hogaza de león.

• Aceite

• Pimentón

• Sal

• Huevo (opcional)

Se “miga” el pan, es decir, se corta en rodajas muy finas y se reserva.

Se pone agua a hervir  (casi medio litro por persona) y un poco de sal en el agua, se machaca en un mortero ajo y un poco sal, se echa el pimentón también en el mortero (algo menos de media cucharilla por persona) y un chorro de aceite de oliva. Se revuelve y se mezcla todo bien y con una caceta se vierte un poco de agua en él. Se revuelve un poco y cuando el agua esté hirviendo se vierte todo en el agua. Se vuelve a echar algo de esa agua el mortero para limpiarlo bien y se deja hervir el agua. Cuanto esté hirviendo de nuevo tenemos varías opciones:

O bien se echa el pan migado en la cazuela y se retira del fuego inmediatamente. La cantidad de pan va en gusto, si más pan, saldrán más espesas, si menos, más caldosas.

O bien, una vez echado el pan, se deja la cazuela al fuego y se hierven al gusto.

Cabe la posibilidad de llenar una “escuilla” (escudilla) de barro de pan migado y verter con una caceta el agua hirviendo en la "escuilla" hasta que se empape todo el pan. Se puede echar un huevo a escalfar en la "escuilla" para mezclarlo todo al comerlas.

También se puede servir en un plato. Las sopas de ajo son especialmente reconstituyentes para una cena los días muy fríos.